Comunicado ACET: duelo traumático y COVID-19

Como Asociación Chilena de Estrés Traumático (ACET), observamos con preocupación uno de los efectos psicosociales del COVID-19, como la muerte de miles de chilenos. La pandemia del COVID-19 en Chile ha dado como resultado el fallecimiento de 8.347 personas (según cifras del Minsal al 17 julio de 2020), por lo que familiares y amigos a lo largo de todo el país se encuentran en duelo.

El duelo es la reacción emocional, cognitiva, fisiológica y comportamental que se produce ante la pérdida de una persona significativa. Es un proceso normal que incluye sentimientos intensos de tristeza, vacío, problemas del sueño, pérdida del apetito, dificultades de concentración, recuerdos recurrentes sobre la persona fallecida, entre otras. Por otra parte, existen manifestaciones socioculturales y espirituales para expresar la pérdida, denominada luto. La actual pandemia ha alterado el proceso normal de duelo pues, de forma justificada, la expresión social y cultural ha sido restringida, ya que los rituales funerarios propios de la comunidad y que permiten el apoyo social de los dolientes, son difíciles de realizar. Se incluyen también otros factores de riesgo para el proceso del duelo, tales como que la muerte sea repentina, trágica, afecte a un gran número de personas y sea solitaria, ya que el fallecimiento por COVID-19 impide que los familiares y amigos se despidan de su ser querido o lo acompañen en ese momento. 

Los rituales de despedida son actos sociales y simbólicos que nos ayudan a expresar y procesar el dolor ante una pérdida, por lo que se recomienda ajustar estos rituales al contexto actual. Por ejemplo, realizar condolencias virtuales; hacer encuentros familiares en línea para compartir recuerdos positivos de la persona fallecida; escribir una carta o dedicar un poema o pensamiento o una canción al ser querido que falleció. El dolor de la pérdida es comprensible e inevitable y se espera que disminuya progresivamente con el paso del tiempo. Sin embargo, si la pena, anhelo, preocupación por el ser querido fallecido y las circunstancias de su fallecimiento son intensas, persisten por más de 6 meses e interfieren con sus actividades cotidianas, debe ponerse en contacto con su centro de salud más cercano y consultar a un profesional de salud mental calificado (psicólogo o psiquiatra).


El Directorio

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